La escasez de trabajadores es perjudicial para la industria

El día festivo del pasado 4 de julio alcanzó un récord en Cape Cod. El pequeño centro vacacional de Nueva Inglaterra estaba repleto de gente; el problema fue que “El Cabo”, como lo llaman los que lo conocen, no pudo manejar la embestida de los turistas que buscaban disfrutar del sol y la diversión. Además, las carreteras congestionadas, al igual que los restaurantes y hoteles, ejercieron presión y sobrepasaron con creces la capacidad máxima de los numerosos negocios de temporada. El número récord de vacacionistas también se produjo en un momento cuando muchos propietarios de negocios en El Cabo y las Islas estaban enfrentando la escasez de personal y puestos de trabajo vacantes. La demanda de servicios llegó a ser tal que superó con creces la capacidad de proporcionarlos, dejando a los vacacionistas frustrados y a los propietarios de negocios desesperados por más ayuda.

Los periódicos de todo el país igualmente reportan problemas similares, por lo que los dueños de negocios desde Alaska hasta Texas y desde Cape Cod hasta California están apelando para pedirle a los legisladores y a los encargados de formular las políticas que intervengan antes de que el daño sea mayor. Pescadores, camaroneros, viñedos, parques temáticos y acuáticos, centros vacacionales y restaurantes están pidiendo a gritos la ayuda que necesitan y que se eliminen las restricciones a las visas de trabajadores extranjeros. Si bien el Departamento de Seguridad Nacional respondió recientemente diciendo que emitirá una cantidad no revelada de visas adicionales para trabajadores extranjeros, no llegará a tiempo para sacar de apuros a muchos propietarios de negocios de temporada.

Se ha creado una gran tormenta, con una alta demanda de trabajadores y una baja oferta, que está perjudicando a los propietarios de negocios en todo el territorio estadounidense. Los negocios están suplicando al Congreso que se les exima del límite de visas. Irónicamente, estas restricciones de visas para trabajadores extranjeros se establecieron para impulsar la economía estadounidense y reducir la tasa de desempleo; sin embargo, el plan no ha funcionado como se esperaba y tampoco hay más estadounidenses empleados.

¿Qué se puede hacer? Las sugerencias y soluciones están tan polarizadas como las partes que están preparando propuestas destinadas a crear más caos para los dueños de negocios de temporada. Los grupos laborales argumentan que un incremento en el sueldo para los trabajos de temporada o temporales atraería a más estadounidenses a trabajar en estos tipos de empleo, que a menudo son poco glamorosos, con un esfuerzo intenso para la mano de obra y difíciles de cubrir. La realidad es que las personas probablemente no durarán mucho tiempo en un trabajo duro, en cocinas calurosas y las largas horas de trabajo, incluso si se les sube el salario. Esto lo dicen directamente los dueños de los negocios que han tratado de contratar personal local, pero a estas alturas, están siendo literalmente forzados a contratar a cualquiera que tenga las ganas de trabajar en estas condiciones.

Los empresarios nos dicen que los trabajadores extranjeros, en general, tienden a ser más dedicados. Ellos no buscarán o no pueden legalmente abandonar el empleo que ya tienen por un paquete mejor que les ofrezca el dueño de un negocio al otro lado de la calle, como lo hacen muchos trabajadores estadounidenses. La inversión que hacen los extranjeros para venir al país (boleto aéreo y tarifa de visado), junto con las pobres condiciones económicas de sus países de origen son el impulso para que quieran trabajar en los EE. UU. en condiciones que a la mayoría de los estadounidenses no les parecen atractivas. Las estrictas regulaciones de visado y una fuerte ética de trabajo los convierten en buenos candidatos para los trabajos que muchos trabajadores estadounidenses rechazan.

A los titulares de la visa H2-B se les permite regresar año tras año, por lo que están entrenados y bien capacitados, lo que no es posible de conseguir en las pocas personas locales que los empleadores están tratando de convencer para que realicen el trabajo. Tanto es así que, muchos propietarios de negocios están tan desesperados que las formalidades como la verificación de antecedentes y la capacitación son un lujo que no se pueden permitir adquirir. ¡Agarra un delantal, enciende una sartén y cocina un filete de carne!

La seguridad, el saneamiento y las revisiones deben ser dejados a un lado, por lo que el comprador debe de tener cuidado.

Además, en momentos de desesperación se requieren medidas desesperadas. En el apogeo de la temporada turística de Maine, el gobernador conservador Paul R. LePage está conmutando las penas de prisioneros en un intento por resolver la escasez de mano de obra en el estado.

Coordinador de Intercambio Cultural

El problema se va a duplicar si los cambios propuestos para otros programas de visas son impulsados bajo el amparo de la política exterior “Estados Unidos Primero”. El Programa de Viaje con Trabajo de Verano les permite a los estudiantes extranjeros trabajar durante sus vacaciones de verano. Ahora este programa de visas temporales, para no inmigrantes, está bajo escrutinio y los peticionarios de la reforma proponen recortes drásticos en el número de visas emitidas. Limitar esta fuente de ayuda de temporada podría significar un final desastroso para más negocios estadounidenses.

Las reducciones de la visa J-1 para Viaje con Trabajo de Verano se traducirá en menos negocios de verano. La idea de operar sin la ayuda confiable es “angustiante para los empleadores que dependen en gran medida de los estudiantes extranjeros este año”.

Los negocios y los grupos de defensa ya están sumando esfuerzos para respaldar juntos la petición a los representantes y congresistas del estado con el fin de evitar que se produzcan más daños a la economía y a muchos negocios estadounidenses.

Hay mucho por hacer para cambiar las políticas que protegen la prosperidad de nuestra nación y que preservan los empleos para los estadounidenses y probablemente también hay un buen argumento para cambiar las políticas de inmigración, pero discutir sobre los programas de visas para no inmigrantes en estos debates generalizados ha creado una verdadera debacle para los negocios y el pueblo estadounidense.

Como vacacionista de larga data en Cape Cod, he llegado a confiar en la alegre disposición de la muchacha de Moldavia cuando registra mis compras en la caja del supermercado local de Cape Cod, la dulce ama de llaves jamaiquina que ordena las habitaciones en una posada cercana o las encantadoras muchachas irlandesas que pasan sus veranos como dependientes de tiendas. Los tonos exóticos de sus acentos extranjeros y sus actitudes amistosas se han convertido en una parte tan importante de mis queridas tradiciones veraniegas como las puestas de sol, la arena, el surf y los helados artesanales que se venden en la calle.

#savesummer

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